Viajando sin movimiento: Revolucionando en Cancún Parte 1

Aprovechando el puente por el Centenario de la Revolución y las noches que me regaló Grupo Posadas en el Fiesta Americana Condesa decidí irme a Cancún acompañado con dos amigos muy locos y fanáticos de la vida nocturna, durante este viaje hubieron muchas cosas interesantes e intensas pero sobre todo muchas recomendaciones para los viajeros.

Rumbo al aeropuerto de Toluca

Mi vuelo estaba programado para las 9:50am por lo que salí de mi departamento que se encuentra en el sur del DF a las 6:45 esperando hacer una hora a Santa Fe, tiempo total de traslado 1 hora con 30 minutos, al llegar a la Terminal aerovirtual descubrí que ningún mostrador estaba abierto para documentar por lo que le pregunté a un hombre que estaba en el mostrador de shuttle's acerca de ¿dónde podría documentar?, él de mala manera sólo me dijo que no buscara el mostrador porque mi camión se había ido y que tenía que llegar a Toluca por mis propios medios, yo sólo pregunté ¿cuáles son esos medios? y el respondió "no se". Salí furioso de la terminal y me encontré con un taxista autorizado por Volaris que me dijo que me llevaría a Toluca por $300 más $60 de la caseta, no tenía otra opción por lo que tomé el taxi hasta el aeropuerto de Toluca, después de 30 minutos de camino llegué al aeropuerto de Toluca con sólo 1 hora de anticipación, al llegar la mostrador de Volaris encontré que sólo estaban atendiendo 3 personas y una fila de espera de alrededor de 20 personas por lo que creí que no habría problema, los minutos pasaban y el poco calificado personal de Volaris no podía atender a las pocas personas que estabamos, finalmente decidí no documentar mi equipaje para que me pudieran dar mi pase de abordar ya que el website de Volaris no me permitió hacerlo, finalmente fui la penúltima persona en abordar el avión justo 5 minutos antes de que despegara.

Durante el vuelo de Toluca a Cancún.

El avión despegó con 15 minutos de retraso, a pesar de que Volaris es una aerolinea de bajo costo el avión Airbus A319 lucía impecable con un piloto bien adiestrado al mando que realizó bromas durante todo el trayecto.

Despegando en el aeropuerto TLC Una bella vista de los volcanes

Llegando al Aeropuerto Internacional de Cancún

Cuando aterrizamos en el aeropuerto de Cancún pude descubrir que ya cuenta con dos pistas, una de reciente construcción, el avión pasa mediante un puente por encima de la autopista de acceso al aeropuerto muy al estilo del aeropuerto IAH de Houston, el avión llegó a su posición remota ya que las fijas son para los aviones extranjeros (que raro en México ¿no?), después tuve que caminar cerca de 200 metros hasta la zona de reclamación de equipaje por la cual tenía que pasar para salir aunque no haya documentado equipaje. Al llegar a la zona de reclamación de equipaje hay cientos de mostradores para rentar autos o pedir un taxi además de ayuda al turista, yo esperaba encontrar el mostrador de Volaris para comprar mi transportación terrestre, al llegar al mostrador de venta de boletos de avión me dijó una mujer con no muy buena actitud que tenía que buscar a las personas de Volaris que sólo usaban una playera blanca, obviamente nunca los encontré. Al salir se me acercaron varias personas ofreciendo taxi, le pregunté el primero y me dió un precio de $600, casi me da un infarto, seguí caminando esperando encontrar a la gente de Volaris, no sucedió, otro taxista se me acercó y me ofreció transportación en taxi colectivo por $150, no tenía otra opción y lo tomé, el taxi solamente lo compartí con una pareja y me llevó directamente al hotel Fiesta Americana Condesa.

Llegando al Fiesta Americana Condesa

Después de 20 minutos de trayecto desde el aeropuerto llegué al Fiesta Americana Condesa que se encuentre sobre Blvd. Kukulkan KM16.5, al bajar de la camioneta me sentí como un rockstar, la atención es maravillosa, de inmediato uno de los bell boys tomó mi maleta para llevarla a mi habitación, realicé mi check in en tan sólo 5 minutos y después uno de los empleados me mostró algunas zonas del hotel, realmente estaba asombrado.

Llegué a mi habitación y como si el bell boy hubiera estado vigilando de inmediato llegó con mi maleta, la habitación de muy buen tamaño, baño con tina, en si una habitación equipada con lo común a excepción de la cafetera, plancha y secadora de cabello que algunos hoteles no ofrecen.

Tomé mi traje de baño y me fui directamente a la alberca para esperar a que llegaran mis otros dos amigos, una alberca maravillosa en dos pisos con cascadas me parecía algo realmente bello, caminé hasta la playa y pude descubrir los estragos que había dejado el huracán Wilma a pesar del tiempo, la playa estaba dividida en dos pisos, al meterme al mar sentí que la arena era gruesa y muy diferente a aquél polvo que distinguia las playas de Cancún, el clima no era de lo mejor pues estaba nublado, regresé a la alberca para intentar meterme pero el agua estaba fría. Finalmente llegaron mis amigos pues ellos tomaron vuelos diferentes y empezó el rock, de inmediato a comer al McDonalds que está a 200 metros del hotel y al Oxxo para comprar una botella de Captain Morgan.